martes, 6 de marzo de 2007

06 ene 07


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> Sigfredo Ariel, desde Santa Clara:
>
> ----- Original Message -----
> From: Sigfredo Ariel
> To: Jorge Ángel Pérez
> Sent: Saturday, January 06, 2007 11:50 PM
> Subject: Desde Santa Clara
>
> Querido Jorge Ángel:
>
> ¿De verdad que alguien ha convocado en televisión, de cuerpo presente, al
> fantasma de Luis Pavón, mano verduga del peor periodo que ha atravesado la
> cultura de este país? Si fuera hoy el día de los Santos Inocentes no
> me hubiera extrañado recibir esta noticia, inconcebible por más de una
> razón:
> no se puede entender esta exhumación en el medio de comunicación más
> influyente y masivo -lisonja ha recibido, dices- tras tantos congresos,
> encuentros públicos, y todo tipo de reuniones a todas luces oficiales que
> han
> examinado aquellos oscuros días y han enjuiciado muy negativamente su
> dirigencia. Queda claro que el ICRT -sobre todo la instancia política
> que vigila y a la larga diseña sus programaciones- no recuerda aquella larga
> estación, el pavonato, como lo que fue, una durable vergüenza que abrió
> heridas no restañadas todavía, si es que son restañables.
>
> Espero que esto no sea un signo de revalidar el estalinismo vulgar, cacerías
> de brujas, prejuicios, negaciones y límites de los años 70, Dios no lo
> quiera. En todo caso será un nuevo intento por restituir el dudoso relieve
> intelectual que nadie sabe por qué mérito artístico alguna vez gozó este
> personaje . Yo recuerdo que en los primeros años 80 apareció -para escarnio
> de Letras Cubanas, en edición lujosa en cartoné- una muestra de su "poesía"
> junto a otras antologías de intelectuales verdaderos que hacía muchos años
> no
> (Lezama dixit) hacían gemir las prensas: Fayad Jamís, Dulce María Loynaz,
> Fina García Marruz, Rafael Alcides y otros poetas que regresaban a la vida
> editorial: Pablo Armando, Díaz Martínez, Arrufat... ¿Por qué estaba Pavón en
> el selecto grupo? Que respondan los dirigentes editoriales de entonces, si
> quieren, aunque no vale la pena.
>
> En los años que vinieron después no se volvió a escuchar aquel nombre sino
> para deplorar públicamente su gestión al frente del Consejo Nacional de
> Cultura y así lo evocan con frecuencia siempre que pueden muchos de los
> que sufrieron el silencio obligado, el no existir, la acusación de éste u
> otro estigma y a quienes Pavón y sus colaboradores dedicaron variadas formas
> de humillación. Se trata de un tema delicado del que nadie debe hablar por
> boca de ganso y yo no lo haré, por supuesto. Creo que a algunos de los hoy
> respetados escritores y artistas que han recibido Premios Nacionales en los
> últimos diez o veinte años les toca opinar sobre la nueva resurrección de su
> victimario. Podría esta inesperada aparición abrir un nuevo diálogo, ojalá
> que manteniendo a raya extremos y rencores. A nosotros, que no vivimos el
> pavonato en sí, que recibimos apenas ramalazos de su agónica resaca, nos
> tocaría escuchar, prestar atención y atar cabos. A propósito, ¿viste tú el
> programa?
>
> Un abrazo
>
> Sigfredo Ariel
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