martes, 6 de marzo de 2007

07 ene 07


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> RESPUESTA DE REYNALDO:
>
> Tienes razón Waldo. Y algo haremos, con prontitud, para ponerlo en manos de
> quienes dirigen la cultura desde el ministerio correspondiente y desde el
> Partido. El montaje de la "entrevista" fue muy elaborado, las imágenes, que
> como se ha dicho, "dicen más que mil palabras", colocaban a Pavón en un
> altar
> patriótico. Quienes orquestaron esto quizás pasan por alto los sufrimientos,
> las desapariciones, el horror de un período cruel, ensañado, que no se ha
> ventilado en su virulencia y en sus consecuencias ulteriores. Cada cual ve
> la
> feria como le fue en ella. Siempre he pensado que Pavón cumplió órdenes,
> pero
> con un placer de torturador nazi, en el afán de situarse como "poeta" --ya
> conocemos a otro "poeta", Aldana, quien nos vio y trató como a blandengues y
> manejables, y que fue demasiado lejos--, y otros, de aquella época,
> incluidos
> los que ahora, con la misma furia, desde la otra orilla agreden a la
> revolución y no cesa en demeritarla. Pudiéramos sacar cuentas de cuánts de
> los privilegiados de la época aldánica o dle pavonato están hoy en la
> rtinchera opuiesta: sencillamente, los más connotados. Lo que ahora ocurre
> es
> un ultraje a la memoria de Virgilio Piñera y Lezama Lima y otros que
> murieron
> sin ser reivindicados. Véanse las fechas, algo que echa abajo la teoría de
> un
> período breve. El reconocimiento a este hombre, que ahora como la vieja dama
> de la pieza teatral "enseña sus medallas", ha soslayado, con un truco
> demasiado explícito, el período en que él manicheó como un dictadorzuelo
> colonial la cultura cubana y los destinos de sus hacedores. Las fotos en que
> se exhibe con los líderes de la revolución se han puesto como una
> rehabilitación, una sacralización. A él, que a tantos demonizó. Aceptarlo es
> padecer una vez más el escarnio. Ha sido, por la latencia de esta
> posibilidad, quizás como gato escaldado, que durante años he alegado por una
> revisión ecuánime y fuerte de lo sucedido en aquellos años negros y su
> secuela. No quiero pensar que la ocasión regrese. Y creo que rápidamente
> debemos impedirlo. La insensibilidad e insolencia con que el ICRT, siguiendo
> mecanismos de la época comercial --Guastela, Sabatés, Crusellas--, que
> siguen
> siendo sus patrones formales en cuanto al manejo de las inteligencias --con
> cuanto de banalización de ideas fundamentales arrastra el método--, lleva
> demasiado lejos sus compromisos, de la clase que sean. Evidentemente, no son
> los compromisos y las ideas de la actual política cultural. Debo entenderlo
> como intento de revivir la más nefasta época que ha vivido la cultura
> cubana.
> Me alegra tenerte firme en estos momentos.
> Abrazos, Reynaldo.
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