A debate
Según imagen
A propósito de la declaración del secretariado de la UNEAC.
Jorge Luis Arcos, Madrid
martes 23 de enero de 2007
Escribo los comentarios que siguen (y cito ahora a Eliseo
Diego) "con la melancolía de quien redacta un documento".
Sorprendido por un lenguaje "años 70", propio del mismo Pavón,
he leído la reciente declaración del secretariado de la UNEAC.
Como yo asistí durante diez años a muchas reuniones de ese
secretariado --pues en la cotidianeidad se convierte en otro
"ampliado", para que puedan asistir diferentes personas según
los asuntos a tratar o sus responsabilidades en la UNEAC--,
conozco más o menos, luego de casi tres años de ausencia, a
sus miembros y asistentes asiduos. Pero la población cubana,
no. Tengo que reconocer que muchas de las discusiones que allí
se producen no tienen nada que ver con el lenguaje retórico de
la mencionada declaración.
Asimismo --y esto es acaso lo más importante de todo lo que ha
sucedido--, en innumerables correos electrónicos y en algunas
publicaciones fuera de Cuba se ha vivido, con una comprensible
pasión, todo este fenómeno reciente, ante el cual los
intelectuales cubanos de dentro y de fuera de la Isla han
expresado sus necesaria y saludablemente diferentes puntos de
vista, claro que en una forma muy distinta, tanto en la forma
como en el contenido --como se suele decir--, al documento en
cuestión.
Pero, además, aparte de estas apasionadas disputas o diversos
reclamos o conmovedores testimonios, algo muy profundo debe
haber ocurrido allí, en lo invisible, quiero decir, en las
mentes de tantas personas que han sido afectadas ya no sólo
por el pavonato (¿quinquenio, década, etapa, época oscura?),
sino en muchas otras circunstancias y otros tiempos, algunos
muy recientes. Sin embargo, según esa declaración de la UNEAC,
tal parece que la cuestión ya ha sido zanjada. A olvidar, como
dice un bolero, de nuevo, y rápido, que --como parece decir en
el fondo un coro griego a lo Piñera-- el Partido es...
¿inmortal?
Tengo que reconocer que la sola publicación de ese texto en el
periódico Granma es algo poco frecuente. Pero parece que era
tal la magnitud del descontento que resultaba casi inevitable
pronunciarse y publicarlo si se quería reparar en alguna
medida el error cometido, y, para colmo, en una circunstancia,
por cierto, tan singular como la que ahora mismo vive nuestro
país. Pero, ya se sabe, la imagen es siempre lo más importante
--la imagen para el exterior y para el interior, como se suele
decir también. Y en nombre de esa imagen, la verdad, la
pasión, la memoria, así como las infinitas contradicciones que
le son inherentes a la vida... son sepultadas. Aunque, valdría
la pena preguntarse, ¿hasta cuándo?
En cuanto a la publicación de ese pronunciamiento sin firma,
es una costumbre muy extendida en Cuba elaborar documentos "en
nombre de la población" (en realidad, en política, todo se
hace siempre en nombre de; quiero decir, en nombre de ese ente
abstracto que puede nombrarse como nuestro pueblo o nuestra
intelectualidad, etcétera), o convocar a la firma de otros
para así mostrar el apoyo a determinadas declaraciones o
medidas.
TEMA: La exaltación de ex comisarios políticos
* [1] A propósito de la declaración de la UNEAC 23/01/2007
* [2] Según imagen 23/01/2007
* [3] Indignación intelectual (V) 19/01/2007
[4] Mostrar más
¿Por qué no se recurrió, por ejemplo, a esos mecanismos cuando
se "desactivó" --delicioso eufemismo, en lo que somos
expertos-- a Antonio José Ponte de la UNEAC? Pues porque la
propia dirección de la UNEAC sabía que no iba a contar con un
apoyo mayoritario ni siquiera entre sus miembros. Es decir, se
recurre a esos métodos según convenga. Lo que plantea Wendy
Guerra no deja de ser un reto interesante. Pero, aun si se
hiciera eso que ella pide, movida por un principio democrático
elemental y por un respeto a la opinión de la persona, que es
siempre individual y no colectiva, quién puede asegurar que,
una vez que se haga, se conocerían realmente todas las
opiniones.
Pero ese no es ni siquiera el problema: el problema es la
falta de democracia real. Hace ya tantos años que en Cuba no
hay democracia (más de medio siglo) que muy a menudo se puede
afirmar con total naturalidad que la hay... Porque una buena
parte de la población ha nacido ya en un país sin democracia.
En cualquier sociedad democrática se hubieran publicado o dado
a conocer en diferentes medios --e incluso por iniciativa
individual-- las opiniones variadas de los intelectuales
cubanos --insisto, de todos los intelectuales cubanos-- sin
pizca de censura.
En Cuba, lamentablemente, eso es impensable. Pero, además, ya
se sabe la reticencia comprensible a expresar en alta voz las
verdaderas opiniones sobre cualquier asunto. Por un lado, se
teme a las llamadas represalias sutiles, cuando no a las
directas. Por otro, como fue el caso ya legendario del
llamamiento al cuarto congreso del partido, se conoce su
inutilidad. Como advirtió en aquella ocasión un antiguo colega
de mi centro de trabajo: no quería desahogarse en público,
para luego comprobar que de nada serviría tal desahogo. Y,
como se recordará, eso fue exactamente lo que sucedió. Qué
extraño, ¿no es verdad?
El argumento archiconocido para justificar esa falta de
democracia es no darle argumentos al enemigo --sólo que el
precio de no darle argumentos o no hacerle el juego al enemigo
ha sido, qué curioso, padecer una falta absoluta de
libertad--, y el verdadero: proyectar siempre una falsa
impresión de unidad o de ridícula unanimidad. Y otro más
oscuro: ejercer un control absoluto sobre un público cautivo,
lo cual, por cierto, es típico de todas las dictaduras, ya
sean zurdas, de derecha o ambidiestras.
Pero ¿alguien se ha sorprendido de veras con esa inocua
declaración de la UNEAC? Creo que era previsible en esencia.
Lo que no era tan previsible es el tono manido, lleno de
lugares comunes, no propio realmente de la inteligencia que
sobra en la UNEAC. Como dice Fefé, ¿a qué viene ese cuento de
los "anexionistas", sino a la más pura retórica de las mesas
redondas y de la llamada batalla de ideas --agregaría yo?
Descalificar siempre al adversario o a cualquiera que tenga
una opinión diferente ha sido, como se sabe, una práctica
permanente.
Mas todos estos argumentos los expreso, lo confieso, desde un
hastío o un tedio infinitos. Siempre queda como un sabor
amargo, como si uno viviera una infinita posposición..., ay,
cuando la vida es una sola y tan breve... Luego de casi medio
siglo de práctica autoritaria y antidemocrática, es decir, de
representación teatral ¿qué se puede esperar en realidad? El
sabor más amargo se tiene --al menos ese es mi caso y
comprendo que en otros no sea así-- cuando al final de la
declaración se mencionan jubilosamente a los dos principales
responsables ya no sólo del pavonato sino de la triste y
compleja historia --con zonas luminosas también ¿qué duda
cabe?-- de la llamada política cultural de la revolución. Pero
eso era acaso lo más previsible. ¿O no?
Como siempre, el pueblo de Cuba es el verdadero ausente de
todas estas representaciones. Un pueblo que no merece, para
sus gobernantes, ya no conocer las opiniones críticas o
testimonios de los intelectuales llamados
contrarrevolucionarios, "enemigos" o fantasmales
"anexionistas", etcétera --"¡Que se vaya la escoria, que se
vayan los homosexuales!", ¿no recuerdan el periódico Granma
del año ochenta, por cierto, ya sin Pavón?--, sino ni siquiera
los juicios críticos y testimonios --ah, la memoria, qué
peligro-- de los considerados revolucionarios.
Quisiera equivocarme, pero, en fin, tristemente, en esta
ocasión, visiblemente o según imagen (diría Lezama), como en
tantas otras, "no hay nada nuevo bajo el sol". De manera que
no se preocupen, amigos y colegas intelectuales cubanos, de
adentro y de afuera de Cuba, pueden dormir tranquilos, pues,
al menos por ahora, no pasará absolutamente nada
--visiblemente, quiero decir.
[1.] http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cult
ura/articulos/a-proposito-de-la-declaracion-de-la-uneac
[2.] http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cult
ura/articulos/segun-imagen
[3.] http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cult
ura/articulos/indignacion-intelectual-v
[4.] http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cult
ura/tema-la-exaltacion-de-ex-comisarios-politicos
Dirección URL:
http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cultura/ar
ticulos/segun-imagen
Según imagen
A propósito de la declaración del secretariado de la UNEAC.
Jorge Luis Arcos, Madrid
martes 23 de enero de 2007
Escribo los comentarios que siguen (y cito ahora a Eliseo
Diego) "con la melancolía de quien redacta un documento".
Sorprendido por un lenguaje "años 70", propio del mismo Pavón,
he leído la reciente declaración del secretariado de la UNEAC.
Como yo asistí durante diez años a muchas reuniones de ese
secretariado --pues en la cotidianeidad se convierte en otro
"ampliado", para que puedan asistir diferentes personas según
los asuntos a tratar o sus responsabilidades en la UNEAC--,
conozco más o menos, luego de casi tres años de ausencia, a
sus miembros y asistentes asiduos. Pero la población cubana,
no. Tengo que reconocer que muchas de las discusiones que allí
se producen no tienen nada que ver con el lenguaje retórico de
la mencionada declaración.
Asimismo --y esto es acaso lo más importante de todo lo que ha
sucedido--, en innumerables correos electrónicos y en algunas
publicaciones fuera de Cuba se ha vivido, con una comprensible
pasión, todo este fenómeno reciente, ante el cual los
intelectuales cubanos de dentro y de fuera de la Isla han
expresado sus necesaria y saludablemente diferentes puntos de
vista, claro que en una forma muy distinta, tanto en la forma
como en el contenido --como se suele decir--, al documento en
cuestión.
Pero, además, aparte de estas apasionadas disputas o diversos
reclamos o conmovedores testimonios, algo muy profundo debe
haber ocurrido allí, en lo invisible, quiero decir, en las
mentes de tantas personas que han sido afectadas ya no sólo
por el pavonato (¿quinquenio, década, etapa, época oscura?),
sino en muchas otras circunstancias y otros tiempos, algunos
muy recientes. Sin embargo, según esa declaración de la UNEAC,
tal parece que la cuestión ya ha sido zanjada. A olvidar, como
dice un bolero, de nuevo, y rápido, que --como parece decir en
el fondo un coro griego a lo Piñera-- el Partido es...
¿inmortal?
Tengo que reconocer que la sola publicación de ese texto en el
periódico Granma es algo poco frecuente. Pero parece que era
tal la magnitud del descontento que resultaba casi inevitable
pronunciarse y publicarlo si se quería reparar en alguna
medida el error cometido, y, para colmo, en una circunstancia,
por cierto, tan singular como la que ahora mismo vive nuestro
país. Pero, ya se sabe, la imagen es siempre lo más importante
--la imagen para el exterior y para el interior, como se suele
decir también. Y en nombre de esa imagen, la verdad, la
pasión, la memoria, así como las infinitas contradicciones que
le son inherentes a la vida... son sepultadas. Aunque, valdría
la pena preguntarse, ¿hasta cuándo?
En cuanto a la publicación de ese pronunciamiento sin firma,
es una costumbre muy extendida en Cuba elaborar documentos "en
nombre de la población" (en realidad, en política, todo se
hace siempre en nombre de; quiero decir, en nombre de ese ente
abstracto que puede nombrarse como nuestro pueblo o nuestra
intelectualidad, etcétera), o convocar a la firma de otros
para así mostrar el apoyo a determinadas declaraciones o
medidas.
TEMA: La exaltación de ex comisarios políticos
* [1] A propósito de la declaración de la UNEAC 23/01/2007
* [2] Según imagen 23/01/2007
* [3] Indignación intelectual (V) 19/01/2007
[4] Mostrar más
¿Por qué no se recurrió, por ejemplo, a esos mecanismos cuando
se "desactivó" --delicioso eufemismo, en lo que somos
expertos-- a Antonio José Ponte de la UNEAC? Pues porque la
propia dirección de la UNEAC sabía que no iba a contar con un
apoyo mayoritario ni siquiera entre sus miembros. Es decir, se
recurre a esos métodos según convenga. Lo que plantea Wendy
Guerra no deja de ser un reto interesante. Pero, aun si se
hiciera eso que ella pide, movida por un principio democrático
elemental y por un respeto a la opinión de la persona, que es
siempre individual y no colectiva, quién puede asegurar que,
una vez que se haga, se conocerían realmente todas las
opiniones.
Pero ese no es ni siquiera el problema: el problema es la
falta de democracia real. Hace ya tantos años que en Cuba no
hay democracia (más de medio siglo) que muy a menudo se puede
afirmar con total naturalidad que la hay... Porque una buena
parte de la población ha nacido ya en un país sin democracia.
En cualquier sociedad democrática se hubieran publicado o dado
a conocer en diferentes medios --e incluso por iniciativa
individual-- las opiniones variadas de los intelectuales
cubanos --insisto, de todos los intelectuales cubanos-- sin
pizca de censura.
En Cuba, lamentablemente, eso es impensable. Pero, además, ya
se sabe la reticencia comprensible a expresar en alta voz las
verdaderas opiniones sobre cualquier asunto. Por un lado, se
teme a las llamadas represalias sutiles, cuando no a las
directas. Por otro, como fue el caso ya legendario del
llamamiento al cuarto congreso del partido, se conoce su
inutilidad. Como advirtió en aquella ocasión un antiguo colega
de mi centro de trabajo: no quería desahogarse en público,
para luego comprobar que de nada serviría tal desahogo. Y,
como se recordará, eso fue exactamente lo que sucedió. Qué
extraño, ¿no es verdad?
El argumento archiconocido para justificar esa falta de
democracia es no darle argumentos al enemigo --sólo que el
precio de no darle argumentos o no hacerle el juego al enemigo
ha sido, qué curioso, padecer una falta absoluta de
libertad--, y el verdadero: proyectar siempre una falsa
impresión de unidad o de ridícula unanimidad. Y otro más
oscuro: ejercer un control absoluto sobre un público cautivo,
lo cual, por cierto, es típico de todas las dictaduras, ya
sean zurdas, de derecha o ambidiestras.
Pero ¿alguien se ha sorprendido de veras con esa inocua
declaración de la UNEAC? Creo que era previsible en esencia.
Lo que no era tan previsible es el tono manido, lleno de
lugares comunes, no propio realmente de la inteligencia que
sobra en la UNEAC. Como dice Fefé, ¿a qué viene ese cuento de
los "anexionistas", sino a la más pura retórica de las mesas
redondas y de la llamada batalla de ideas --agregaría yo?
Descalificar siempre al adversario o a cualquiera que tenga
una opinión diferente ha sido, como se sabe, una práctica
permanente.
Mas todos estos argumentos los expreso, lo confieso, desde un
hastío o un tedio infinitos. Siempre queda como un sabor
amargo, como si uno viviera una infinita posposición..., ay,
cuando la vida es una sola y tan breve... Luego de casi medio
siglo de práctica autoritaria y antidemocrática, es decir, de
representación teatral ¿qué se puede esperar en realidad? El
sabor más amargo se tiene --al menos ese es mi caso y
comprendo que en otros no sea así-- cuando al final de la
declaración se mencionan jubilosamente a los dos principales
responsables ya no sólo del pavonato sino de la triste y
compleja historia --con zonas luminosas también ¿qué duda
cabe?-- de la llamada política cultural de la revolución. Pero
eso era acaso lo más previsible. ¿O no?
Como siempre, el pueblo de Cuba es el verdadero ausente de
todas estas representaciones. Un pueblo que no merece, para
sus gobernantes, ya no conocer las opiniones críticas o
testimonios de los intelectuales llamados
contrarrevolucionarios, "enemigos" o fantasmales
"anexionistas", etcétera --"¡Que se vaya la escoria, que se
vayan los homosexuales!", ¿no recuerdan el periódico Granma
del año ochenta, por cierto, ya sin Pavón?--, sino ni siquiera
los juicios críticos y testimonios --ah, la memoria, qué
peligro-- de los considerados revolucionarios.
Quisiera equivocarme, pero, en fin, tristemente, en esta
ocasión, visiblemente o según imagen (diría Lezama), como en
tantas otras, "no hay nada nuevo bajo el sol". De manera que
no se preocupen, amigos y colegas intelectuales cubanos, de
adentro y de afuera de Cuba, pueden dormir tranquilos, pues,
al menos por ahora, no pasará absolutamente nada
--visiblemente, quiero decir.
[1.] http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cult
ura/articulos/a-proposito-de-la-declaracion-de-la-uneac
[2.] http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cult
ura/articulos/segun-imagen
[3.] http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cult
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[4.] http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cult
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